República del Rif II: La consolidación del Estado rifeño

Autor: Selim Balouati. Editado por Alejandro Salamanca.


España y el Rif

  1. La invasión española del Rif: causas y antecedentes (1848-1908)
  2. Marruecos y el Rif a principios del siglo XX
  3. Annual, 1921: muerte y nacimiento
  4. Breve historia de la República del Rif (1923-1927)
    1. El nacimiento de la República del Rif
    2. La consolidación del nuevo Estado
  5. Fuente primaria: Carta de Abd el-Krim a la Sociedad de Naciones (1921)

Como ya hemos visto en el anterior artículo, tras la derrota española en Annual, Abd el Krim fundó la República del Rif. Uno de sus primeros pasos para asentar su proyecto de Estado fue el de obtener reconocimiento por parte de las diferentes tribus solicitando una baia, un  documento en el que las tribus reconocían su mando y autoridad. Esta estrategia le permitió debilitar  a sus rivales dentro del Rif, entre otros Ben Hamidi y Qirsh.

El siguiente paso fue organizar un gobierno para la región centrado en Axdir, que sería la capital. Ahí se construyó el centro político que representó a las 41 tribus a través de un Consejo de la resistencia de las tribus del Rif, un parlamento que en teoría sería elegido cada tres años. Se redactó una constitución de cuarenta artículos que no se conserva, pues se cree que fue quemada junto con el centro gubernamental. El gobierno de Abd el Krim estableció impuestos que regulaban las actividades comerciales y que permitieron financiar el ejército y las nuevas infraestructuras. Las innovaciones tecnológicas continuaron con la llegada de la red telefónica a la que se sumaron la radio y prensa, que incluso llegaban hasta la zona del Marruecos francés.

A diferencia de otros caudillos como el Raisuni, Abd el Krim tenía un proyecto modernizador para el Rif que iba más allá del lucro personal. No obstante, la guerra y la precariedad hicieron que muchos de sus proyectos no se llevaran a cabo.

Símbolos de la nueva república

Todo Estado debe poseer una bandera y un gobierno, tal y como Abd el Krim indicó en varias entrevistas previas al nacimiento de la república. Oficialmente el nombre del nuevo Estado era Al Daula al yumhuria (el Estado de la República del Rif) como término más técnico.  Mientras que también existe el término Yebha rifia (frente rifeño). Ambos son términos correctos, pero solo uno era utilizado de forma oficial.

Uno de los símbolos fue la bandera. Su fondo era de color rojo en referencia a la sangre, mientras que el rombo blanco el centro representaba la liberación del pueblo rifeño. En medio del rombo había una estrella de seis puntas y una media luna verde. El verde y la media luna son símbolos del islam, mientras que la estrella de seis puntas corresponde a las seis grandes tribus que participaron en la descolonización. Una de las banderas originales de la época se encuentra en el museo militar de Toledo. En la bandera también se encontraba bordada la frase en árabe “la Allah ila Allah, Muhammad Rasul Allah” (No hay Dios más que Dios y Mahoma es su profeta), una declaración de intenciones religiosa. Para muchos rifeños, especialmente los provenientes de las zonas rurales, la propia lucha contra el extranjero era una yihad frente al invasor. 

El nuevo estado de Abd el Krim prometía mantener y defender la religión y sus costumbres, y librar a la región de cualquier tipo de imposición o culto extranjero. Al mismo tiempo, Abd el Krim se inspiró en los proyectos de construcción nacional europeos para su República del Rif, que incluía una constitución. La República del Rif intentó reunir las características básicas de un Estado-nación de la época: tierra, pueblo, lengua, bandera y moneda.

Dejando atrás bled es-siba: carreteras y teléfonos

Durante mucho tiempo a la zona del Rif se le denomino bled es-siba, que viene a significar lugar o zona de anarquía. Esta era así pues rara vez las órdenes del sultán llegaban al lugar y eran acatadas, aunque estas zonas estaban bien conectadas con el resto de Marruecos gracias al comercio y la emigración. Para crear una república fuerte, Abd el Krim necesitaba alterar esta dinámica, centralizar el poder y asegurarse de que su autoridad fuera acatada en las distintas regiones del Rif.

El orden y control de las tribus se lograría implementando una mahkama (gobierno) en cada tribu, además de construir bases militares cercanas. Cada mahkama estaba al mando de un bajá designado por Abd el Krim. Como curiosidad, en ciertos lugares las mahkamas eran llamadas fisinas, que viene de la palabra española oficina.

Una de las primeras medidas para asegurar el control del territorio fue la construcción de carreteras, o más bien caminos, que facilitaran la comunicación y el transporte. El transporte era en su mayoría animal, aunque hubo algún vehículo motorizado capturado a los españoles. El centro de esta red de comunicaciones, que la república rifeña fue aumentando a medida que sometía a más zonas a su control, fue la capital,Axdir. La red conectaba Hassi Uenza hasta Xauen por el este y por el sur hasta Ain Medina. La mano de obra que construyó dichas carreteras estaba integrada por los prisioneros españoles y rifeños y más tarde franceses.

Otro elemento fundamental para asegurar las comunicaciones fue el establecimiento de una red telefónica a partir del material que habían dejado atrás los españoles y de suministros adquiridos por contrabando desde Tánger. La red telefónica, que iba ampliándose a medida que Abd el Krim se iba haciendo con el control nuevos territorios, se convirtió en un símbolo de la república y de la modernidad que el nuevo Estado prometía a aquellas zonas que decidieran integrarse a él.




Fuente: C. R. Pennell, La guerra del Rif : Abdelkrim el-Jattabi y su Estado rifeño, p. 199.

Arcas sin agujeros

Todas estas nuevas medidas suponían un gasto enorme, aunque en un principio la liquidez no fue un problema. Los rifeños habían conseguido gran cantidad de material bélico en Annual, a lo que había que sumar el rescate que España pagó por los prisioneros capturados en Annual y monte Arruit, una cifra que llegó a ser de cuatro millones de pesetas. Además, las arcas del nuevo Estado fueron engrosadas por los bienes incautados a los enemigos de Abd el Krim como El Raisuni.

La incipiente hacienda estatal también obtenía fondos de los impuestos, que además del tradicional Zakat coránico incluían innovaciones como el Dariba, impuesto general o el Tijane, impuesto sobre la renta. También se creó el impuesto de aduanas para regular el contrabando. Además, se confiscaron los bienes de las mezquitas, una medida que podría ser calificada como progresista (y resulta curiosa dado el supuesto carácter islámico de la república) pero que no fue bien recibida entre la población. También encontramos el impuesto por venta en zocos. Estos impuestos, sumados a las multas y sanciones aportaban a las arcas una buena suma de ingresos anuales. El nuevo gobierno trabajó para crear su propia moneda y su propio banco nacional, aunque no obtuvo los resultados esperados.

La república rifeña contactó con un supuesto financiero inglés, Charles Alfred Percy Gardiner, que acabó estafando a la República (entre otras cosas, Gardiner prometió la compra y entrega de material bélico moderno que jamás fue entregado a los rifeños). Si se observa el papel moneda en las imágenes se puede leer que está todo en inglés y en árabe, lenguas desconocidas para la mayoría de rifeños. Finalmente, la incapacidad para acuñar monedas e imprimir billetes hizo que la peseta española y el franco francés siguieran siendo los principales medios de pago en el territorio controlado por la república.

Un ejército moderno para un Estado moderno

Una de las máximas aspiraciones de Abd el Krim fue la de crear un ejército regular al estilo europeo, ya que hasta entonces las fuerzas rifeñas habían estado integradas por levas irregulares de hombres que aportaban sus propias armas y munición. Uno de los problemas a los que Abd el Krim tuvo que hacer frente para formar un ejército moderno fue el déficit de formación superior entre la población rifeña. Los principales lugares de reclutamiento continuaron siendo los zocos, donde se ofrecían sueldos fijos para los potenciales nuevos soldados. El ejército se dividía en grupos de: 25 soldados (jamsa uachrin), 50 (Jamsín) y 100 llamado mía. El nombre tan solo hace mención al número en árabe, pero como curiosidad, durante la Guerra Civil española las tropas rifeñas en el bando sublevado mantendrán el mismo nombre según el número. La distinción de rango no se encontraba en la ropa si no en el color del turbante, el verde era para los soldados rasos.

La República contó también con una marina muy precaria, integrada por apenas 30 marineros y una serie de botes (principalmente de remo, aunque posteriormente se uniría alguna embarcación a motor). La función de estas embarcaciones simplemente consistía en transportar a personas, suministros y armas que venían de contrabando desde Tánger. Abd el Krim también trató de establecer una fuerza aérea que aportaría mucha moral a sus tropas. En esa época una avioneta otorgaba superioridad en el campo de batalla e infligía graves daños, tal y como probaban las acciones de la aviación española.  El Estado rifeño llegó a obtener hasta seis aviones: dos fueron abandonados por los españoles tras Annual, uno fue capturado a los franceses y los otros tres fueron probablemente comprados en Argelia. Estos aviones fueron destruidos por bombardeos de los españoles o bien por los ensayos de los nuevos pilotos rifeños.

Reconstrucción del aspecto de uno de los aviones de la República del Rif. Dorand A.R.2. Fuente: Aeropinakes : la efímera fuerza aérea de la República del Rif

Hay que mencionar también a un grupo de extranjeros que se encontraban en el ejército de la República del Rif. Había marroquíes como Ahmed el Susu, que venía del sur de Marruecos; El Matali, originario del noroeste; y otro llamado El Muffaddal. También encontramos algunos europeos que trabajaban como instructores. Antonio, conocido como el mecánico, formó a los rifeños para el mantenimiento de las nuevas redes telefónicas. El noruego Walter Heintgent ejercía la labor de médico, y también hay constancia de un capitán militar de origen serbio. A estos se les sumaba el afamado artillero alemán Otto Klems cuya vida se vió representada en la película “Sargento Klems” de 1971, dirigida por Sergio Grieco.

Educación, sanidad y reforma agraria

Todo proyecto de Estado-nación moderno debe se impulsar la educación. Lo normal en en la región era aprender árabe a través de la enseñanza del Corán en las mezquitas. Aún así, el 80% de los rifeños ignoraba el árabe. La república del Rif trató de construir escuelas con un currículo moderno con asignaturas como matemáticas, ciencias naturales y formación premilitar. Se fundaron escuelas en Axdir, Zauia Adoz, Xauen y el Yebala. Una de ellas estaba orientada a la educación para adultos, y en Axdir se estableció una escuela para niñas. Abd el Krim era consciente de que una administración moderna precisaba gente con estudios superiores. Para solventar este déficit educativo el gobierno rifeño se puso en contacto con autoridades educativas en Egipto y organizó delegaciones estudiantiles para que viajasen a Turquía o Egipto y se formaran allí.

Una de las grandes carencias de la república del Rif era la sanidad. Abd el Krim solicitó a la Sociedad de Naciones que les reconociera como beligerantes para poder acceder la Cruz Roja y ofrecer asistencia sanitaria. La respuesta de la Sociedad de Naciones fue negativa, y la población del Rif y los prisioneros españoles y franceses fueron condenados a sufrir los efectos de la guerra sin asistencia médica. No había rifeños con conocimientos o formación en medicina, aunque hubo médicos extranjeros que accedieron a incorporarse de modo altruista a dichos servicios sanitarios. Además del ya citado Walter Heintgent, también había doctores de zonas cercanas como Mahbub El Aichi, que provenía de Fez y fue destinado al hospital de Xauen. Hubo distintas iniciativas humanitarias que intentaron acceder al Rif, la mayoría de ellas desde el lado francés a causa del bloqueo impuesto por las autoridades españolas, que temían que los rifeños se reforzasen con armas o suministros.

Fotografía colorizada por @eugenet343 y utilizada con su permiso

La república rifeña también intentó realizar una reforma agraria que facilitara el acceso a la tierra al campesinado más pobre, además de adelantar simiente para poder comenzar con los cultivos. Esta política buscaba aumentar las cosechas en una zona con un pobre rendimiento agrícola y sometida a hambrunas regulares. Para esta reforma se repartieron las tierras que habían sido requisadas a los enemigos de Abd el Krim.

Rifeños judíos

En el Rif existían habitantes de religión judía que vivían en zonas urbanas como Tánger y Melilla, en diversas cabilias o tribus e incluso zonas aisladas y rurales. Un ejemplo de la importancia de esta comunidad son los artículos publicados en el periódico el Telegrama del Rif de la ciudad de Melilla cuando se nombraban los aspectos positivos que el protectorado español aportaba a la región siempre se mencionaba en conjunto a “rifeños y judíos”

Fuente: Amazigh World

El papel desempeñado por los judíos en el Rif era importante en la economía local, pues eran joyeros, fabricantes de albardas y comerciantes. Nunca llevaban armas y estaban siempre bajo la protección del jefe del clan o linaje Según el Anuario Estadístico de la Zona del Protectorado en 1936, diez años después de la Guerra del Rif, habitaban en la región unos 13.000 rifeños de religión hebraica.

Los judíos también desempeñaron un papel importante en la  República del Rif. Mesod Benaín, un rifeño de religión hebrea que fue socio empresarial del padre de Abd el Krim,  ocupó el cargo de ministro de la tesorería de la República del Rif. Además, el hermano de Abd el Krim había estudiado francés en una escuela para población judía en Tetuán.  Varios rifeños judíos de la cabilia o tribu de Beni bu Frah y Jamás trabajaban en el depósito general de Azzcar en Axdir manipulando las municiones y reparando el armamento. Otro grupo se encargaba de transformar los obuses que caían y no explotaban en granadas de mano, y otro se encargaba de los arreos de caballos. Estos rifeños judíos se encargaban de este tipo de trabajos debido a sus oficios en orfebrería o mecánica en poblaciones rifeñas. Además, según J.F. Salafranca, como mínimo debió haber una unidad de combatientes judíos en las filas de la República del Rif.

Conclusión

Abd el Krim intentó construir un Estado en el norte de África en el que sería uno de los primeros movimientos anticoloniales exitosos (al menos hasta que fueron derrotados). La experiencia de la República del Rif inspiraría a los creadores de la Liga contra el Imperialismo, una organización ligada a la Internacional comunista a la que pertenecieron, entre otros, Albert Einstein, Lamine Senghor y Jawaharlal Nehru.

Los líderes de la rebelión rifeña no eran meros tradicionalistas tratando de restaurar el estilo de vida existente antes de la llegada de los europeos. Además de luchar contra el invasor, Abd el Krim y los suyos trataron de construir un Estado moderno que fuera aceptado por el resto de actores internacionales (véase la carta de Abd el Krim a la Sociedad de Naciones, una interesantísima fuente primaria). Como hemos visto, el Estado rifeño impulsó proyectos modernizadores entre los que se contaban una ampliación de la red de transporte y comunicaciones, la construcción de escuelas y el envío de legaciones educativas a otros países, así como una reforma agraria que cimentase el apoyo popular al nuevo Estado y acabase con la riqueza de sus enemigos tribales. La vida de este nuevo régimen, no obstante, fue muy efímero y estuvo principalmente marcada por el conflicto bélico contra los españoles.


Bibliografía en castellano

El nacimiento de la República del Rif

Autor: Selim Balouati. Editado por Alejandro Salamanca.
Traducción al francés disponible en Courrier du Rif

España y el Rif

  1. La invasión española del Rif: causas y antecedentes (1848-1908)
  2. Marruecos y el Rif a principios del siglo XX
  3. Annual, 1921: muerte y nacimiento
  4. Breve historia de la República del Rif (1923-1927)
    1. El nacimiento de la República del Rif
    2. Construcción y consolidación del nuevo Estado (próximamente)
  5. Fuente primaria: Carta de Abd el-Krim a la Sociedad de Naciones (1921)

Introducción

La República de las Tribus Confederadas del Rif (en tifinagh: ⵜⴰⴳⴷⵓⴷⴰ ⵏ ⴰⵔⵔⵉⴼ) es uno de los mayores hitos de la lucha anticolonial, un hecho tan singular como sorprendente. En un momento en el que la mayor parte del continente africano y un buen número de países islámicos se encontraban bajo dominio europeo (bien como colonias o como protectorados), una confederación de rifeños al mando de Abd el-Krim consiguió derrotar al ejército colonial español y establecer una república independiente que resistió durante cinco años. Hasta entonces sólo Etiopía había sido capaz de una gesta similar, cuando en 1895 expulsó a los italianos. No obstante, Etiopía ya era entonces un Estado consolidado y además había contado con apoyo ruso y francés. La República del Rif, en cambio, no contaba con precedentes históricos cercanos y no recibió apoyo de ninguna potencia europea.

En esta serie de artículos narraremos la historia de la república rifeña más allá de lo meramente militar, centrándonos en cómo Abd el-Krim y sus seguidores trataron de establecer un estado moderno en una región tradicionalmente anárquica, donde el sultanato marroquí había sido incapaz de asegurar el control y que era conocida en los mapas como Bled es-siba, que viene a significar zona sin control.

Trataremos de reconstruir la historia de la República del Rif desde el inicio hasta el final. Si bien es un hecho histórico excepcional, el contexto que rodea este tema ha hecho que haya pasado desapercibido y que los estudios hayan sido superficiales. Al final de este artículo puedes encontrar un breve repaso a la historiografía sobre la república rifeña.

Retos y escenario tras Annual

La batalla de Annual no significó el flin del conflicto. A pesar de la victoria, Abd el Krim y sus adeptos todavía tenían que resolver la situación en varios frentes. El Rif Occidental, que iba desde Gomara hasta Larache, aún estaba en manos de los españoles, quienes lo iban a defender a toda costa con el apoyo de algunos líderes rifeños opuestos a Abd el-Krim. Por otro lado, además de mantener a raya a las potencias coloniales, Abd el-Krim tenía que ganarse el reconocimiento de las comunidades rifeñas y convencerlas para adherirse a su causa. Había jefes tribales que lo ponían en entredicho y querían continuar en favor del colonialismo español, entre quienes se encontraban rivales importantísimos como el-Raisuni, de quien hablamos brevemente aquí.

En otras palabras, tras Annual no vino la paz, sino que se desencadenaron dos procesos paralelos: los preparativos para un nuevo conflicto armado contra españoles y franceses y la construcción de un nuevo Estado en forma de república. Como se verá más adelante, Abd el-Krim trató de acabar con el antiguo sistema tribal, creando una nueva figura por encima de los líderes con mandato. Esto es algo que nunca había existido en la región y que será clave para la nueva república. 

Mapa del Rif. La zona de Gomara y el Yebala sería la zona Occidental del Rif. Extraído de: Manuel Leguineche Annual 1921: el desastre de España en el Rif

Frente español

Los españoles, al mando de Dámaso Berenguer, continuaron atacando la zona occidental del Rif tras su derrota en Annual. Durante su mandato, Berenguer trató de frenar a Abd el-Krim colocando a rifeños en puestos importantes, como fue el caso de Driss El Riffi, que administrador de la zona occidental. Tras la destitución de Berenguer como Alto Comisario de España en Marruecos, su puesto lo ocupó Ricardo Burguete. Burguete comenzó con una política de pacificación y de restitución de antiguas amistades como las del jerife el-Raisuni. Las políticas de Burguete surtieron efecto en la zona occidental dominada por los españoles, quienes comenzaron a avanzar por el frente occidental en octubre de 1922.

Al principio este avance se produjo en zonas que cuestionaban a Abd el-Krim como Beni Said y Beni Tuzin, donde el ejército español no lograría consolidar su dominio. En noviembre, Abd el-Krim infligió otra derrota a los españoles, quienes sufrieron cerca de 2000 bajas. Tras la derrota, Burguete ordenó la retirada de las tropas. Con la llegada al poder de Primo de Rivera (1923), los españoles decidieron suspender temporalmente la idea de colonizar el Rif.

Jinetes rifeños. Fuente de la imagen

Frente rifeño

En el interior, Abd el-Krim tuvo que resolver dos problemas: En primer lugar, necesitaba terminar de consolidar su dominio y enfrentarse a sus adversarios internos en el Rif occidental, ciertos líderes tribales de la zona de Gomara y el Yebala que rivalizaban con él. En segundo lugar, debía asegurar el reconocimiento de los líderes de cada tribu rifeña, algo esencial y  necesario para que no hubiera que usar la fuerza para obtener el poder y lograr la construcción del nuevo Estado. 

Los protagonistas del primer problema eran un “triunvirato” compuesto por dos jefes rifeños y un argelino: Amar Ben Hamidu, el gueznaia El Hay Bel Quish y Abd el-Kader Hach Tieb, respectivamente. Abd el-Kader jugó un papel de negociador y colaborador con los españoles llegando a mandar tropas a luchar contra aliados de Abd el-Krim. Los tres líderes presentaron una dura y continua resistencia en la zona occidental del Rif. Una de las estratagemas que utilizó Abd el-Krim para lograr contrarrestar a estos fue ir centralizando el poder pacíficamente a través del reconocimiento y cooptación de los distintos líderes tribales de forma que sus opositores encontraran cada vez menos aliados hasta quedarse solos. Así, Abd el-Krim nombró Caid de Marnisa a Ben Hamidu para acabar con su oposición y romper el trio, del cual solo Abd el-Kader continuó con el bando español. 

Abd el-Krim dio otro golpe de efecto con su victoria frente a una de las figuras más míticas del Rif, el-Raisuni, un caudillo que controlaba la zona occidental conocida como el Yebala. El-Raisuni había logrado una gran influencia dado a los altercados que perpetraba, las escaramuzas que llevaba a cabo y sus sonados secuestros, como el famoso el incidente Perdicaris: el-Raisuni secuestró a un diplomático norteamericano y causó una pequeña crisis diplomática entre los Estados Unidos y el sultán de Marruecos, que además era el primer país que había reconocido la independencia estadounidense. Tal aventura fue plasmada en una película de 1975 titulada “El viento y el león” en la que Sean Connery interpretaba a el-Raisuni.

Fotografía real de el-Raisuni

Curiosidades aparte, el-Raisuni era un notable a tener en cuenta en el Rif occidental, pues había gobernado durante más de 20 años en la zona del Yebala. El-Raisuni se había mostrado ambiguo respecto a la presencia española: a veces veía favorable la colonización española y otras no, pues exigía al gobierno español que le otorgara un alto cargo en la administración colonial. Todo cambió en 1922, cuando los españoles decidieron acabar con el-Raisuni y tomar Tazrut, la capital del Yebala, para asegurar el Rif occidental tras Annual. Tras esto, los españoles decidieron ofrecer un cargo a el-Raisuni a cambió de que este derrocase a Abd el-Krim, que amenazaba los intereses de ambas partes.

El-Raisuni

Tras una serie de ataques a las tropas de Abd el-Krim organizados por el-Raisuni, en enero de 1923 Abd el-Krim envía un ejército compuesto de 1000 hombres que logran derrotar definitivamente a el-Raisuni, que contaba con apoyo de la aviación española en la zona. Con esta victoria, Abd el-Krim se volvió incontestable y, a ojos de sus seguidores, invencible. Esta victoria no solo le proporcionó prestigio: los bienes incautados a el-Raisuni y los españoles llenaron las arcas del nuevo estado. 

Una vez solventados los conflictos con los rifeños y pacificado el Rif en todo su territorio desde Temsaman hasta Tetuán, Abd el-Krim ya podía comenzar a construir sobre los cimientos establecidos lo que sería el nuevo estado del norte de África, la República del Rif. Pero esto lo veremos en el siguiente artículo.


Apéndice historiográfico

Varias preguntas viene siendo si esta se trató de una República Independiente del Reino de Marruecos, si  fue simplemente una república transitoria hasta que Marruecos fuese descolonizado o si fue el primer conato de la lucha anticolonial marroquí incluyendo a Abd el-Krim como parte del nacionalismo marroquí. Cuestiones clave como la ideología del movimiento, sus objetivos y la gestión del líder rifeño no han sido del todo exploradas.   

Pocas son las obras publicadas sobre este periodo histórico. La gran obra sobre la República del Rif continúa siendo la obra del antropólogo norteamericano David M. Hart The Aith Waryaghar of the Central Rif: an ethnography and history, así como otra obra basada en la tesis doctoral de C.R Pennell  La guerra del Rif : Abdelkrim el-Jattabi y su estado rifeño. En cuanto  a las obras en español encontramos muy pocas, mientras que en árabe encontramos un gran catálogo marroquí y que para el cual recomiendo el articulo de Rocío Velasco de Castro.

Las obras en español no son abundantes. Este tema, al igual que la etapa colonial de España en África, parece ser objeto de una clara amnesia social y académica. Una de las primeras obras es la de Miguel Martín, El colonialismo español en Marruecos de 1973. En esta obra se menciona la República del Rif pero de un modo superficial centrándose en los escenarios políticos en España y en los partidos políticos comunistas activos en el anticolonialismo de la época.

María Rosa de Madariaga es, hasta el momento, la autora más prolífica con una intensa publicación de articulos y obras sobre España, el Rif y el protectorado. Su obra centrada en el líder rifeño Abd el-Krim El Jatabi. La lucha por la independencia de 2009 aborda el periodo de existencia de la República pero no llega a ocupar más de 20 páginas haciendo un análisis de la misma superficial. La obra más reciente de esta temática es El Rif, sus élites y el escenario internacional en el primer tercio del siglo XX (1900-1930) de 2016 de Faris el Messaoudi-Ahmed. Este  aborda el tema de manera más profunda y hace un análisis claro de las diferentes corrientes y visiones sobre este periodo histórico en la historiografía, sobre todo la marroquí.

También encontramos La República del Rif de Jesús Salafranca de 2004. Podemos decir que es la obra más completa, pues se dedica el libro enteramente a la formación de la República, a exponer las novedades y además a realizar un análisis ideológico del nuevo Estado. 

No es un catálogo extenso, mucho menos si se tiene en cuenta que la mitad de las obras citadas se encuentran descatalogadas y fuera de circulación. Además, de los autores citados sólo uno es originario de la región del Rif.