Annual, 1921: muerte y nacimiento

Nota: El  autor de este artículo es Selim B., máster en historia contemporánea por la Universidad de Valencia. Mi labor se reduce a algunos aspectos de edición y a preparar las imágenes. Mi agradecimiento a Selim por este artículo, que ha sido revisado en julio de 2021.


El desastre de Annual es uno de los hitos históricos más negros de la historia reciente ejército español. La prensa internacional de la época informaba con cierta perplejidad de cómo un ejército europeo y moderno había sido derrotado estrepitosamente por unas bandas de guerreros tribales norafricanos que apenas disponían de medios. En España, además del duelo y la consternación por las casi 15.000 bajas (la mayoría de ellos reclutas forzosos), el desastre tuvo gran influencia en la historia política: el golpe de Estado de Primo de Rivera (1923) tuvo lugar casualmente justo el día en el que se presentaba ante el Congreso el  Expediente Picasso, el cual revelaba los fallos que llevaron a la derrota en Annual. En el ámbito militar, la famosa Legión Española, creada a imagen de la Legión Extranjera Francesa, surgió para hacer frente a la dureza de los rifeños. En cuanto al Rif, Annual posibilitó el establecimiento de la ‘República’ de Abd el Krim, y además sirvió de inspiración a diversos movimientos y líderes anticoloniales de diversas partes del continente africano.

La ocupación del Rif ocurrió la época posterior al Congreso de Berlín y al surgimiento del «nuevo imperialismo», en la cual los Estados europeos emprendieron ambiciosos proyectos coloniales. Además de los beneficios económicos derivados del comercio y la explotación de recursos naturales, se pensaba las colonias reforzaban el sentimiento de prtenencia a la nación y además aportaban una válvula de escape para el descontento interno. Numerosos estudios aseguraban que en la región rifeña se podrían realizar explotaciones mineras de materiales como el hierro, y en un contexto tan turbulento como el de la Restauración española, repleta de huelgas, sublevaciones campesinas y magnicidios, una victoria sobre los rifeños supondría un motivo de orgullo nacional. No obstante, podéis leer más sobre la época en esta sección de la web.

Mapa Rif
Fuente: Ricardo Fernández de La Reguera y Susana March, El desastre de Annual

Contexto internacional

Para situarnos en el marco histórico, hay que comprender que lo que acontece el norte de África es ante todo una competición entre potencias coloniales. A finales del XIX, las potencias europeas se repartieron el continente africano en el Congreso de Berlín y otras conferencias (sobre la colonización británica y francesa durante dicho periodo hablamos brevemente aquí). El norte del Magreb era fundamental para Europa por su posición geográfica al sur del estrecho de Gibraltar, especialmente relevante tras la apertura del canal de Suez en 1869. Tal era la importancia geoestratégica del norte de Marruecos que en 1906 se convocó una reunión en la que se decidiría quien sería la potencia encargada de controlar el área: la  Conferencia de Algeciras, en la que se delimitaron las zonas de influencia españolas y francesas.

No es casualidad que la zona del Rif, donde se sitúan Ceuta y Melilla, se le dejará a España bajo la forma de protectorado. España no era una gran potencia ni tampoco un firme aliado de ningún Estado europeo, por lo que era un Estado que no infundía temor y tenía un carácter político internacional marcadamente neutral, lo que garantizaba el equilibrio. De haber caído en manos de las potencias del momento (Alemania, Francia o Inglaterra), el Rif y el estrecho de Gibraltar podrían haberse convertido en auténtico polvorín. Además, para España esto suponíare aparecer en el panorama internacional con un nuevo proyecto imperial tras la derrota frente a los Estados Unidos en 1898 y la pérdida de las posesiones españolas en el Caribe y Filipinas. España administró el Rif en calidad de protectorado desde 1912 hasta 1956. En teoría, esta era una forma de gobierno que respetaba los órdenes locales, siempre y cuando no interfirieran en los intereses del colonizador, de modo que la ocupación no significaba un cambio tan radical para la comunidad local.

España llega al Rif

La ocupación española del nuevo territorio, que se sumaría a sus colonias ya establecidas en continente Africano (Sahara Occidental, Guinea Ecuatorial y Sidi Ifni), se iniciaría desde las ciudades de Ceuta y Melilla. Estas plazas marcarían la forma de dividir el territorio: Melilla sería el epicentro de la zona del Rif Oriental, mientras que Ceuta sería del Rif Occidental. El ejército y el gobierno español eran conscientes del desconocimiento que tenían sobre la región y lo limtado de sus efectivos y recursos, así que optaron por una estrategia de «penetración pacífica» o «acción política». Este método consistió en sobornar o pagar a los jefes tribales para que aceptaran el dominio español; un ejemplo sería el padre de Abd el Krim, de la cabilia Beni Urriaguel. La violencia quedó reservada para las cabilias reacias a la presencia española. La estrategia de penetración pacífica no fue especialmente exitosa, y algunos grupos rifeñis se dieron cuenta de la debilidad española e iniciaron la resistencia armada.

La Semana Trágica de Barcelona ese mismo año tuvo como detonante la percepción de que los reclutas de la leva militar, integrada en su mayoría por jóvenes de familias de clase obrera, iban a un destino que no olía muy bien. Se produjo un “efecto boomerang”: lo que parecía un elemento que sería clave para la unión y honra nacional se volvió en contra del Estado con numerosas protestas. Ni los políticos, ni los militares, ni la propia corona se encontraban del todo cómodos con la situación en el Rif, aunque por suerte para ellos, la situación se iría calmando con el paréntesis fruto de la Primera Guerra Mundial. Durante este conflicto España, neutral, no tuvo restricciones al comercio y además sacó provecho de las minas de wolframio y otros minerales, lo que hizo que en los años de la Gran Guerra hubiera cierta bonanza económica. Mientras tanto en el Rif, España no expandió sus posesiones, pero se dedicó a afianzar las plazas que había logrado dominar, como por ejemplo la ciudad de Nador, y a negociar a través de sobornos con aquellas tribus o familias tribales que no se habían sometido, aunque no logró obtener éxito. Muchas tribus fueron reacias a aceptar sobornos del invasor y mucho menos a dar apoyo a los europeos. Los jefes tribales estaban influídos por los clérigos religiosos y sobre todo en ese momento por la  controvertida figura de El Raisuni, quien defendía que no había que cejar en la defensa de la tierra y del pueblo musulmán frente a los cristianos.

Si el denominado Rif Oriental era relativamente desconocido para los españoles, todo lo contrario sucedía con la zona occidental, dominada por ciudades marítimas con gran peso comercial comercial como Tetuán y Tánger. Además del comercia, en el siglo XIX comercial hubo dos conflictos bélicos entre los españoles y los rifeños  cuya zona de batalla serían las colindantes a esta región. Sumado a ello nos encontramos con el fascinante personaje de El Raisuni. El historiador David S. Woolman lo describió como “una combinación entre Robin Hood, un barón feudal y un bandido”. Este gobernaba, por su poder y por mano del sultán, la zona conocida de Yebala o el Rif Occidental. El Raisuni se había mostrado ambiguo respecto a la presencia española: a veces veía favorable la colonización española y otras no, pues exigía al gobierno español que le otorgara un alto cargo en la administración colonial.

Abd el Krim

Abd el Krim era hijo de un sheij (notable) perteneciente a la cabilia Beni Urriaguel, correspondiente a la zona de Alhucemas, concretamente a Axdir. Su padre fue un destacado comerciante y en un inicio favorable al protectorado español, enviando a sus hijos a España para formalizar sus estudios. Abd el Krim pronto se hizo un hueco en la sociedad melillense, llegando a trabajar como secretario e intérprete en la oficina de Asuntos Indígenas en la ciudad. El fundador y director del diario El Telegrama del Rif le había nombrado redactor jefe de las páginas en árabe de su periódico

Abd El Krim
Abd El Krim. Fuente: El Mundo

A pesar de su buena posición social, las relaciones entre los Jattabi y los españoles acabarían deteriorándose.  La familia se posicionó a favor del bando alemán y turco en la primera Guerra Mundial (de hecho hubo contactos entre los Jattabi y los alemanes en Marruecos), y publicó una serie de artículos criticando el colonialismo francés. Estas dos últimas acciones supuso el ingreso de Abd el Krim en la prisión de Melilla en 1915, tras un deshonroso juicio en el que no se aportaron pruebas concluyentes que fundamentasen la sentencia. Tras salir de prisión, Abd el Krim huyó de Melilla rumbo a su hogar, Axdir. A su llegada no tuvo todo el apoyo de la harka (conjunto de escisiones de una misma tribu, en este caso los Beni Urriaguel), pues tanto él como su familia eran vistos como pro-españoles, aunque las victorias militares como la de Abarrán hicieron cambiar de pensamiento al resto de rifeños. Abd el Krim nunca escondió que deseaba para su tierra el impulso y la modernización europea. Si inicialmente había apoyado a españoles, decía, era por las posibilidades de inversión económica y modernización de la región.

Abd el Krim es el actor clave de la lucha anticolonial rifeña, ya que fue el primero que trató de construir un nuevo estado en la región. Anteriormente,  la motiavación de las cabilas rifeñas que se habían opuesto a los españoles era por mantener el status social, por no ser controlados por la religión enemiga, o por obtener un pago mayor por parte de los españoles. Abd el Krim supone toda una renovación ideológica.

Desastre para unos, victoria heroica para otros

En 1920, Silvestre tomó posesión del cargo de Comandante General de Melilla e inició un avance con el objetivo de hacerse con Alhucemas en un tiempo corto y de manera efectiva. Aunque no se puede reducir a un solo motivo, ya que es un tema complejo en el que abundan los matices, se puede concluir que un aspecto crucial para explicar la derrota española fue la precipitación en el avance. La acometida liderada por el General Silvestre se fue procediendo a la vez que estiraba la línea militar, que fue dilatándose hasta Annual, un importante campamento del ejército en su avance hacia Alhucemas. Entre Melilla y este campamento había tres puntos claves separadas en unos 31 km entre sí, y en torno a él un anillo formado por otros pequeños fortines. Cada fortín contaba con una guarnición que variaba entre cien y doscientos soldados, de los cuales casi la mitad eran rifeños que luchaban por España. En la costa se habían ocupado las dos posiciones de Sidi Dris, cercana a la desembocadura del río Amekran, y Afrau.

El 17 de Junio se inicia el asedio del enclave español en Igueriben por parte de las tropas rifeñas. Este suceso hizo que se tomaran medidas en el campamento de Annual, pero ya era demasiado tarde. Los rifeños, con Abd el-Krim al mando, fueron concentrándose alrededor de Annual. Las tropas españolas se encontraban desmoralizadas tras la noticia de la caída de Igueriben, mientras los rifeños obtenían una victoria importante, y eran conscientes de que eran capaces de enfrentarse de tú a tú al ejército colonial. Cinco días después, los rifeños hicieron acto de presencia en el campamento, que horas antes se había comenzado a evacuar de manera ordenada.

El temor y la sorpresa por la aparición rifeña provocó el temor entre los soldados españoles causando un caos total. No hubo resistencia ni defensa, sino que el ejército colonial acampado en Annual se retiró en desbandada. Ante la casi nula resistencia, los insurgentes rifeños provocaron unas bajas cercanas a los 10.000 españoles y 2.500 rifeños que luchaban con ellos. Por ello, Annual se recordó como desastre, un terrible y oscuro episodio en la que España salió gravemente herida nivel nacional, con el cuestionamiento de la corona y el golpe de Estado de Primo de Rivera como consecuencia directa.

Para los rifeños, la victoria de Annual supuso el nacimiento de un nuevoa era, pues pasaron a ser habitantes de un nuevo Estado, un estado creado por y para los rifeños: la República del Rif (1921-1925). El nacimiento del nuevo estado puede otorgarse totalmente a Abd el Krim, pues el resto de los cabileños se hubieran conformado con hacer retroceder el avance español para volver al estado anterior de Jefes tribales o cadíes. Sin embargo Abd el Krim supo que volver a la situación previa solo provocaría la vuelta de los europeos para civilizar a los bárbaros. Esta República no fue improvisada, pues Abd el Krim ya había revelado en varias entrevistas la intención de otorgar a los rifeños un gobierno y una bandera. Apenas un mes después de Annual, Abd el Krim definió la estrategia  a seguir para la creación de una República y logró que los líderes tribales la aceptaran.

La República del Rif tuvo una constitución de 40 artículos (constitución que no se conserva, pues fue incinerada con la llegada de los españoles en el desembarco de Alhucemas en 1925) y un día nacional de la independencia fechado el 18 de septiembre. También se intentó establecer de una sanidad, educación y moneda propias. El breve Estado rifeño no paraba de impulsar leyes y medidas. Los rifeños pueden jactarse de que, en una época en que la tendencia era ser colonizado, fueron capaces de liberarse de la colonización y además crear una república que intentó modernizar una región que se podría catalogar de tribal, en la que no hubo derramamiento de sangre y que fue todo lo modernista que pudo hasta su final.

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Bibliografía

Fuente primaria: Carta de Abd el Krim a la Sociedad de Naciones, traducida por Kamal Boutarfas.

Rosita Forbes, El Raisuni, sultán de las montañas.

Manuel Leguineche, Annual: el desastre de España en el Rif

María Rosa de Madariaga, Marruecos, ese gran desconocido.

J. Pando, Historia secreta de Annual.

J. Salafranca, La República del Rif.

Documentales:

El laberinto marroquí, en Intermedia

Intervencionismo español en Marruecos. El desastre militar de Annual, en YouTube